SEXUALIDAD Y LA VIDA FAMILIAR

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a familia es la principal educadora, es aquí donde se gestan los primeros cuidados del ser humano, los que le permiten crecer y desarrollarse en el amor y la comprensión del mundo. Donde se forjan la voluntad y la libertad, lugar de autoafirmación y comunicación interpersonal, que permiten al hombre y la mujer lograr su pleno desarrollo y descubrir su ser personal. Por lo tanto, la familia es la encargada de cultivar y transmitir la historia de generación en generación. Es por esto, que se dice que la familia es la institución formadora por excelencia.

Los seres humanos por lo general crecemos dentro del núcleo familiar, donde nos entregan todas las herramientas necesarias para crecer y desarrollarnos: el cuidado, el alimento, la higiene y la protección necesaria que los padres aportan a la primera educación. En la familia se adquieren los primeros aprendizajes, los más trascendentales e indelebles, muchos de los cuales nos acompañan por el resto de la vida.


Desde el plano de la sexualidad, es en la familia donde primero aprendemos que ésta es inherente a nuestro ser, y que es algo que nos compromete integralmente, es más, no deberíamos decir simplemente que tenemos sexualidad, sino que somos sexuados, esto significa que no cabe una aproximación reductiva a este estado, como por ejemplo si se la restringe a lo puramente biológico, a la genitalidad, o sólo a sus manifestaciones psicológicas, sino que es tarea humana integrarla en su proyecto, regular su expresión por medio de la razón y la voluntad y jamás usarla como un medio o instrumentalizarla.

Los padres son los primeros responsables para llevar a cabo la educación de la sexualidad. Tienen que ofrecer a sus hijos en un marco de confianza, las explicaciones adecuadas a su edad para que adquieran el conocimiento y respeto de la propia sexualidad en un camino de personalización. Es necesaria una explicación más que una prohibición, de lo contrario, los niños y niñas crecen desorientados, con dudas que resolverán con la persona menos indicada y con una información no del todo correcta. La educación sexual de los hijos es un derecho reservado a los padres que debe iniciarse en el seno familiar.

La realidad es que no sólo es viable que los padres eduquen a los hijos, sino que es una necesidad vital, para ello es importante contar con personas y redes que proporcionen una ayuda eficaz a los padres en esta tarea. Al mismo tiempo es fundamental contar con los propios jóvenes, con su realidad, con sus aficiones, con su ocio, con su tiempo de estudio.

La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. Su desarrollo pleno depende de la satisfacción de las necesidades humanas básicas como el deseo de contacto, intimidad, expresión emocional, placer, ternura y amor. La sexualidad se construye a través de la interacción entre el individuo y las estructuras sociales. El desarrollo pleno de la sexualidad es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social. Se reconoce el ejercicio de la sexualidad humana como medio de disfrute, goce, amor y afecto característico de la especie humana. Es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales.

Desde pequeños, los niños aprenden a través de modelos. Por eso es importante que la educación sexual comience en el seno del hogar. Para ayudarlos a valorarse y, además, prevenir embarazos precoces y posibles enfermedades.

Es conveniente hablar de este tema en el hogar con naturalidad. De acuerdo a las etapas y a las preguntas que el niño formule, la educación sexual debe formar parte de la vida familiar desde que son pequeños. Para ello, la comunicación entre padres e hijos, la confianza y la información son herramientas muy valiosas. Es importante crear un ambiente sano, de confianza, en el que preguntar y hablar con sinceridad sea lo normal.



ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES

  • Un punto de partida sencillo es llamar a las partes del cuerpo por su nombre. A los 2 o 3 años, el niño comienza a preguntar. En ese caso, decirle que tiene testículos y pene o, si es mujer, vulva y vagina debe ser lo normal.
  • Enseñarles desde pequeños a respetar y cuidar su cuerpo y el de los demás, como algo valioso y propio.
  • Establecer espacios de privacidad en el hogar y enseñar reglas de convivencia. Sin inculcar excesivo pudor, pero sí el respeto por los espacios de cada uno.
  • Responder claramente a las preguntas que realizan y aclarar las dudas que tienen, sin demasiados tecnicismos ni juicios de valor. Si preguntan, por ejemplo, cómo se hacen los bebés, explicarles de forma clara y simple según la edad. Sin mentir.
  • Explicar la importancia de decir “no”, de manera tal que exista una valoración de sí mismos y su individualidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. 

Luisi V. (2013). Educación de la sexualidad en el entorno familiar y escolar. Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Santiago Chile. Disponible en:  http://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/38384/articulo5.pdf?sequence=1&isAllowed=y

https://eresmama.com/importancia-la-educacion-sexual-familia/

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